miércoles, 28 de septiembre de 2011

TOP FIVE DE BESADORES DESASTROSOS

El beso "culito fruncido": Se trataría de los besadores que ponen la boca toda hecha un bollo, arrugada, fruncida y sobre todo, apretada. Es el que se dan las famosas cuando se reconlician en el programa de Rial. El que una madre le da cariñosamente a su pequeño hijo. El que muchos audaces le dan a sus perros. Es un beso cariñoso para un encuentro a media tarde, para despedir a un marido cuando se va al trabajo o para darle al compañerito de la primaria que pretende convertise en nuestro novio. Nunca pero NUNCA para intentar demostrarle a una mujer que se está interesado en ella. Eso no calienta ni a la actriz porno mejor paga para fingir. El hombre que pretende erotizar a una dama con este tipo de beso creo que va a morir virgen. Es aburrido, tibio, estructurado y seguramente tradicional. Debe usar pantalón pinzado y camisa a cuadros. Mocacines en los pies. Una patada en los huevos.

El beso "telenovela": corresponde al género de los que abren la boca pero no dejan asomar ni la punta de su lengua. Una tiene que meterse adentro de ese túnel de aire y comenzar a averiguar si ahí dentro existe algún tipo de vida. Algo así como "Buscando a Wally". Es bastante difícil concentrarse en disfrutar de lo que debería ser un buen momento porque una termina siendo una especie de inspectora bucal. No sé si es que estos muchachos tienen miedo de que le arranquemos la lengua de un chupón, fobia al odontólogo o piensan que el contacto de las salivas les puede generar una alergia, enfermedad o disfunción. El punto es que es un embole. No se te va a mojar la bombacha ni con que te digan que después de ese te toca darle un beso a Echarri. Nada. No hay caso. Besar a uno de estos es lo más parecido que se puede experimentar a hacer un círculo con los dedos una mano y meter la lengua ahí, como cuando sos chica y practicás cómo hay que hacer para "transar" por primera vez. Descartado.

El beso "muertito": a diferencia del anterior éstos sí sacan la lengua pero al pedo. La dejan quietita, amorfa, insulsa. Son unos pijamuerta. No entiendo cómo es que no se dan cuenta que el movimiento de su lengua jugando con la nuestra, es la idea más aproximada que podemos tener de cómo nos tratarían luego en la cama. Que esperanza nos puede quedar al descubrir que no usan su boca mas que para comer. Ni hablar de bajar a toma agua al tanque, es evidente que te podés llegar a quedar dormida sin enterarte de lo que hace. No hay chance de que un tipo que bese de esta forma pueda llegar a ser bueno en la cama, no lo creo. Quizá porque siquiera me tomaría la molestia de descubrirlo.

El beso "endoscópico": siempre existe algún desubicado que a la hora de ponerle acción a una cita, abre la boca como un hipopótamo, sella tus labios al vacío quitándote toda posibilidad de respirar y te mete la lengua hasta provocarte una arcada por tocarte las amigdalas. Síntoma de que no coge hace mucho y posiblemente de eyaculador precoz. ¿Por qué tanto apuro?!¿ Con qué necesidad semejante violencia?! Aflojémosle al entubamiento. Eso no es (ni cerca) un símbolo de placer. Sentir una pala mecánica adentro de la boca arrasando con todo lo que se topa en su camino tampoco calienta ni un poco. Al contrario, nos pone en alerta, prende la luz roja. Este tipo de animales feroces creídos de apasionados hacen que empecemos a temer por nuestra salud, al menor descuido nos muerden, nos cortan el frenillo, nos clavan un diente o nos manotean una goma a las tres de la tarde en plena peatonal y la empiezan a sarandear como si fuera una naranja de jugo. Tranquiiiiiiiiiiiiiiiilos, jeropas que hay tiempo para todo.

El beso "lavadero": finalmente, están los que quieren hacerte un peeling en todo el cuello y la cara. Te lambetean como perro a su dueño. Te dejan tal olor a baba que comienza a ser nauseabundo y quedás embadurnada como si te hubiesen atacado un millón de caracoles asesinos, brillosa, pegajosa y salada. Desagradable. Escalofriante. Un tipo que te chupetea toda te hace dar frío, te genera la necesidad de bañarte urgente. Un asco. Lo pienso y me descompongo. No son lindos ese tipo de "besos". Empiezan a molestar en un momento. Dan ganas de decir "bueno, basta. O la cortás o te emboco". Horrible. No es romántico, mucho menos erótico y menos que menos higiénico. No lo hagan varones argentinos.

domingo, 18 de septiembre de 2011

MANUELITA VIVIÓ EN FOZ DE IGUAZÚ

Lo fiché mientras tomaba sol al costado de la pileta. El estaba de vacaciones en familia y, posiblemente, la molesta que lo acosaba bien podría haber sido su novia.Era mi último día en Cataratas. Contra todo pronóstico familiar me fuí sola de vacaciones una semana. La única chica que también había viajado sola, no tuvo mejor idea que pasarse los tres días finales encamada con el coordinador. Yo, esperaba que el lungo ese reparara en mi persona. Y me iluminé.

Me fuí al supermercado y cargué el chango con diez botellas de cachaza, cinco kilos de limas y dos de azúcar. Directo al hotel a decirle a todos incluído el garchable mi idea de celebrar una velada de despedida.

El rubio, su hermano y la dudosa, aceptaron. Bingo! La primera parte de mi plan estaría funcionando. Después de la cena nos encontramos todos en el bar al costado de la pileta y nos pusimos a preparar los tragos mientras nos presentábamos. La gorda no era la novia sino la hermana y el rubio, para mi sorpresa, vivía con su familia en Mar del Plata. Quizá la suerte estaba de mi lado.

Me senté junto a él y me cansé de coquetearlo toda la noche. Alguien hizo circular un faso por la ronda que no hizo más que agudizarme el cuadro. Cuadro que interpretó de inmediato.

-Che, se acabó la cachaza. Voy a buscar a la habitación.- dije con la obviedad que me caracteriza.

-Te acompaño, querés?- apresuró.

-Dale.

Entramos y me alzó a caballito. El vestido no hizo otra cosa que permitirme sentirlo al palo. El milagro estaba sucediendo, luego de una semana de pensar por qué carajo no había elegido Camboriú, de pronto estaba trepada a un chongazo, fumada y totalmete en pedo, dispuesta a cerrar el viaje dignamente.

-Quedemonos acá. No bajemos.- me dijo mientras me besaba toda.

- Pará... Llevemos la botella y subimos.- contesté intentando dilatar una situación que prometía mucho.

Bajamos hasta la pileta pensando sólo en lo que vendría después. Mis ratones a esa altura de la situación estaban corriendo una maratón en el Hipódromo de Palermo. Me senté en el apoyo de su asiento. Metió la mano a través del vestido y empezó a tocarme disimulada pero insistentemente delante de todos. El sonido celestial se abrió paso de entre los cielos directo a iluminarme.

Seguimos tomando hasta que su cuerpo y mi ansiedad dijeron basta y me lo lleve de prepo a la habitación. Lo empecé a desnudar en el ascensor y le dije hasta la obsenidad mas oscura que podía llegar a imaginarme. Entramos a la habitación, tres camas de una plaza esperaban para ser usadas. Lo tiré en la primera para besarlo del derecho y el revés. Me pasó a la segunda para devolverme las gentilezas. Arrastrados pudimos llegar hasta la tercera. Me tiré encima de él al mejor estilo película porno, lo besé, lo toqué y cuando intenté manotearlo para poner cada cosa en su lugar...

-Disculpame, tomé mucho. No voy a poder.- me dijo. Y se recostó a mi lado.

Veía como todas mis chances se escurrían entre mis manos sin poder hacer nada al respecto. ¿Por qué no me habré quedado cuando me lo pidió.? ¿Por qué cachaza en vez de chocolatada Cindor.? Por qué a mí??!!

"Porque vos intimidás a los hombres" diría mi mamá.

Cierto o no, la cuestión es que ahí me encontraba otra vez sola, con tres camas libres y ni un solo tipo para poder aprovecharlas. Menos mal que de chiquita siempre escuché a María Elena Walsh