domingo, 10 de julio de 2011

MI PRÍNCIPE ES CUADRILLÉ

Quiero desmitificar al príncipe azul. Que se lo coma el dragón devenido a perro maloliente que garronea las bolsas de basura. Que el caballo se retobe y lo haga derrapar sobre la granza. Que los pantalones le queden chicos de tanto comer asado y se le vea la raya del culo cual gomero de barrio. Desde Disney hasta Echarri nos vienen haciendo creer la historia de que nos espera al final del túnel, un campo floreado con nuestro hombre pulcro y perfumado sosteniendo un ramo de rosas blancas, para sacarnos de la miseria de la soledad y llevarnos a vivir al castillo donde los pájaros cantan ópera y los vestidos nos quitan diez centímetros de cintura.

Basta de mentiras! Los príncipes azules no existen. No quiero un Gabriel Corrado, Gustavo Bermudez ni un Raúl Taibo. Nada de eso. Prefiero a Shrek millones de kilómetros antes que al Príncipe Encantador con su melena rubia y sus labios de gloss. Yo no soy Cenicienta, Blancanieves ni mucho menos una Barbie para esperar que me llame por teléfono Kent, que dicho sea de paso, se anda rumoreando por los pasillos de los bailes reales que tiene un affaire con los siete enanitos.




Quiero un hombre real con igual o mas miedos que yo de enamorarse. Que no tenga temor al ridículo ni crea que ser maduro implica ser aburrido. Que cuando mire fútbol se olvide de que existo. Que me bese mucho y no que me meta la lengua solo tres minutos antes de empezar a sacarme la ropa. Que esté cansado y se ponga de malhumor si insisto siempre con las mismas pavadas. Que mire culos por la calle. Que sea tan animal como para tirarse encima mío cuando salgo de la ducha envuelta en un toallón y que una mala depilación no sea impedimento para tocarme. Que trate de serme fiel tanto como pueda.

Y no quiero que me haga el amor. Mas bien quiero que me garche. ¿Qué eso de "hacer el amor"? ¿Comemos con amor o con hambre? ¿Dormimos con amor o con sueño? No quiero que me haga el amor en la cama, ahí que me haga de todo menos eso. Y que no piense que la cama es el único lugar donde dos personas pueden desvestirse. Que el amor intentemos construirlo juntos con respeto, cariño, con días buenos y malos, con encuentros y desencuentros. Que no tengamos una vida color de rosa. Que sea del color que se nos ocurra, que tenga un colage, incluso flores, brillantina o lunares. Y que nos aceptemos como somos. No quiero sentir la presión de tener que ser siempre perfecta ni quiero que él lo sea. Pero sí creernos la idea que todo comienza y termina en nuestro abrazo.

El príncipe azul no existe. Como mucho existirá algún hombre que encaje mas o menos con una de nosotras y vicerversa. No tiene que repetirse, no tiene que haber una fórmula preestablecida. Me alcanza con que a mí me guste y con gustarle. No tiene que parecerse al de ninguna otra para creer que puede funcionar.

Puede tardar el tiempo que quiera en venir a buscarme y también puedo ir yo a su encuentro. No pretendo bombos, platillos, trompetas ni fuegos artificiales. Con que me diga "¿Vamos a tomar algo?" es más que suficiente. Pero mientras tanto, hasta que se digne a venir por mí, seguiré besando sapos.

5 comentarios:

  1. "...hasta que se decida a venir por mí, seguiré besando sapos." muy cierto..

    me gusto, me gusto.

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  2. Jeña !!! Mencanto !!! Kaloa

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  3. Muy pero muy bueno Daf, la verdad que hay mucha verdad en estas lineas, no existe el príncipe azul, pero yo tengo al mio que me llena mucho mas, me da todo lo que necesito, que un príncipe condecorado a ser metrosexual, un besooooooo

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  4. moooooooooooyyyyyyyyyy lindoooooooo.... estoy enamorada, chau!

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  5. LA verdad q si... NO EXISTEN LOS PRINCIPES AZULES... pero quiero uno como lo describiste tu!!!

    exclente!!

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