Yo no tengo muchos amigos. En todo caso tendré un millón y medio de conocidos. No es una queja, eh. No señor! Seré cuanto mucho responsable cuasi absoluta de este resultado. El problema es que soy una ermitaña. Para mí un grupo son dos personas, tres ya son multitud. Y soy una antimultitudes.
No soporto a la gente que desesperada envía una cadena de mail suplicando casi con obsesiva compulsión que se le confirme cuántos van a ser efectivamente los que asistan a tal o cual reunión, para definir en base a eso y con la mayor antelación posible, dónde hacer la reserva para tal celebración. Celebrar qué? Qué alguien tuvo la comercial idea de ponerle un día conmemorativo a un sentimiento que es cotidiano? Que se yo si de acá a tres días voy a tener ganas de comer carne, pasta o pescado. O estaré a dieta y de mal humor.
A ver. Comencemos por definir la palabra amistad. ¿Un amigo es aquel que me conoce hace años, me acepta como soy y sabe todo de mí o puede ser también el trapito de la cuadra donde cada vez que estacionas el auto te dice: "Eh, amigo, a la vuelta son cinco pesito"? ¿ Es aquel en el que puedo confiar cualquier cosa de mi vida o pueden ser también los chongos que frente a otras personas me presentarían como su "amiga"? ¿Un amigo tiene que tener cierta cantidad de tiempo mínima para ser considerado como tal o puedo decirle amigo a un perfecto desconocido con el que me puedo pasar horas y horas conversando de la vida y confiándole sentimientos íntimos sin saber ni qué día cumple años?
Si un amigo es lo primero lamento informarles, mis queridos, que van a perder el tiempo yendo a comer con otras veinte personas con las que posiblemente en otro día del calendario, no se sentarían ni a tomar un café. Si es lo segundo, entonces vayan en paz. Para mí, es un poco y un poco.
Yo no quiero tener un millón de amigos como Roberto Carlos. No los necesito. Quiero tener amigos de tanto en tanto. Que vengan, se vayan y los que quieran que se queden. Que cada etapa de la vida esté sujeta a cierta clase de amigos con los que posiblemente me relacione de maravillas en ese momento y una vez fuera, ya no nos necesitemos. Y que todo aquel que tenga ganas de sentirse mi amigo que lo haga. Sin temores. A veces me siento mas identificada con extraños que aparecen y se van de mi vida en cuestión de segundos que con personas que me conocen desde siempre.
Y tampoco quiero salir a comer cuando alguien me lo impone porque económicamente le resulta redituable. No quiero sentarme en la misma mesa que gente que no me soporta o que no soporto sólo porque si hacemos bulto es mas divertido. Quiero mirar a los ojos a esas pocas personas que me reconcilian con el mundo. El día que sea, en el momento que sea. Y exprimirlas, saborearlas, abrazarlas y discutirles tanto como pueda. De a una. Con tiempo. Sin grandes banquetes y sonidos de por medio. Y en cualquier momento de la vida.
Al trapito de la cuadra; al colectivero que me lleva y trae sana y salva aún si no tengo monedas para pagarle; al del kiosco de la esquina que ya sabe qué cigarrillos fumo, cuánto le cargo a la tarjeta y qué caramelos le voy a pedir; a los barman de los bares donde me emborracho y termino contando historias de desamor; a la gordita del mercado que me fía sabiendo que no voy a estafarla; a las almas solitarias que vagan por los chat regalándome largas charlas de melancolía, por todos ellos voy a brindar este "Día del amigo". Personas que forman parte de mi vida, mi rutina. Amigos de a ratos. Y por los de siempre, claro.
Este miércoles, quizá, me vaya de bares a dejar que el azar determine con quién compartir el día, la noche. Me siente a observar a las personas y encuentre buenas historias para contar -quién no soporta a quién, cuál le quiere dar masa a tal-, me consiga el novio que mi mamá tanto quiere que tenga o me emborrache sola, patética como siempre y termine pensando por qué mierda no habré aceptado ir a alguno de los lugares donde nadie, todavía, me invitó a ir. ¿Quién sabe?
Buena publicación marplatense arrabalera. Me divierten tus notas y tu blog. Te mando un beso y espero poder cruzarte nuevamente por la felíz o cdo incursiones por acá, chiflá
ResponderEliminarMe alegro Moa! Ya nos veremos en breve por capital
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