domingo, 5 de junio de 2011

SOÑAR DESPIERTA

Tuve un sueño. Dicen que soñamos todas las noches y mucha cantidad de veces. No suelo recordar los sueños que tuve. Pero se nota que cuando lo hago, cuando los recuerdo, es porque soñé a lo grande. Y una vez, tuve un sueño re copado. Esos que cuando los estás atravesando, los asimilás de tal forma, que parecen suceder en verdad. Ser reales, materializarse.

Soñé que fuí al concierto de un cantautor español que admiro mucho. Al terminar me acerqué a comprarle sus discos y que me autografiara uno. Conversamos por un rato y al cabo de un tiempo, éramos amigos. Lo invité a comer unas pizzas y tomar gin tonics. Aceptó. Mi vida no sería la misma a partir de eso. Nunca más. Escuché sus discos en casa y le escribí para comentarle lo diferente que me sentía a partir de su música. Los meses pasaron. La vida siguió casi como de costumbre. El destino o la casualidad, si es que acaso existen tales cosas, se pusieron de acuerdo para que él regresara a mi ciudad.

Nos fuímos de copas e historias maravillosas que, contadas de su boca, cobran la mayor cantidad de intensidad y aventura, posibles.

-Me haría mucha ilusión que en tus vacaciones te vinieras a España de visita. Yo te invito. Organizo una mini gira y te llevo a mi conocer mi país. ¿Que me dices?

Me ahogué con el vodka con naranja. Debía de tratarse de una broma. Esas historias que solo suceden en películas como Notting Hill, no estaban escritas para mortales como yo. Tenía que haber un error. Definitivamente, no soy de esa clase de personas que llaman a Susana Gimenez una vez y se ganan un millón de pesos. No. Lo máximo que me gané en mi vida fue una bicicleta playera de Arcor, por comprar golosinas en los recreos del colegio; un walkman, sorteo del mercadito de barrio, el cual nunca funcionó y un celular en Avon por superar la venta mensual, aunque eso fue mérito mío asique no cuenta. Pero nada mas.

Pero pará!! Si esto es sueño, me puede pasar a mí. ¿Por qué no?

-Claro, me encantaría. Brindemos por eso.

En mi sueño, conseguía el pasaporte que no tenía en tan solo quince días, un permiso laboral de tres días extras a mis vacaciones, setecientos euros prestados, e ingresar a un país, donde se le negaba la entrada a todo extranjero, como si fuera ni mas ni menos que mi hogar.

En mi sueño, llegué a España luego de doce horas de viaje para salir a la ruta y estar, seis horas mas tarde, cenando Pulpo a la Gallega en un mesón tradicional de Santiago de Compostela, donde parece que llovía todo el año, pero a mí me recibia con dos días de sol radiante y calor. Visité su catedral en año Xacobeo.

En mi sueño, fuí a la playa de As Catredais, a Gijón, a Santander, visité Madrid. Estuve en Granada, caminé "La Mezquita" en Córdoba, observé desde todos los ángulos al Acueducto de Segovia. Tomé sol, en pleno octubre y con 33 grados, en Islas Canarias. Recorrí las calles de Toledo, Palencia, Luarca, Cudilleros, Málaga, Sevilla. Viví la historia de Urueña, el pueblo amurallado donde viven cien personas pero hay nueve librerías y cuatro museos. Me deslumbré en Zaragoza. Visité Ciudad Real.

En mi sueño, mi amigo cantautor era mi mejor guía, mi compañero, mi motor. Él me escribía uno o dos poemas, me dedicaba canciones, me enseñaba nuevas melodías, me contaba mas de sus fascinantes historias , me relataba anécdotas de guerras, conquistadores, rivalidades históricas dentro de un mismo territorio. Me cocinaba exquisitas tortillas de papas, me preparaba el desayuno cada mañana. Me presentaba también a otros músicos, escritores, soñadores como él y como yo, actores y actrices, periodistas; y a una parte de su familia.

En mi sueño no sólo conocí al músico, al artista, sino también a la persona. Lo conocí.

En mi sueño además, tomaba mojitos en "El Rubicón", gin tonics en "La Campana de los Perdidos", cubatas en "La Tertulia", destornilladores en "La Botica", vodkas en "Pachamama",cañas a lo largo de todo "el tubo", bebía "hasta la penúltima" en Ciudad Real, mas destornilladores en "La Espiga Taberna", aguas en "La Estación". Dormía en casas de familia, hoteles con encanto, departamentos de mujeres solteras.

En mi sueño, recorría miles y miles de kilómetros en rutas rodeadas de paisajes maravillosos, de olivos, de montañas y de llanos; cantando a los gritos tangos de Tita Merello, canciones de Charly, León, Calamaro.

En mi sueño, a todos les gustaba mi acento. Festejé Halloween rodeada de personas, calles y bares vestidos para la ocasión. Me encontré con dos o tres argentinos. Fumé hachis.

En mi sueño, no hubo lobos disfrazados de abuelitas, manzanas envenenadas, dragones feroces ni hadas hechiceras. Pero sí hubo un héroe: mi amigo cantautor.

Como en todo sueño, por mas intenso y maravilloso que sea, hubo un momento en que tuve que despertar. No no. Dejame un ratito más. Daaaale, cinco minutitos mas y me despierto. No hubo caso, me desperté nomás. Al hacerlo, me encontré sentada en el comedor de mi casa, rodeada de mi familia, repartiendo recuerdos, regalos y mostrando fotos.

Todo pudo haber sido un sueño y, a decir verdad, maravilloso. Pero existe una sola verdad indiscutible en esta historia: siempre pero siempre y pase lo que pase, voy a atesorar su amistad en el rincón mas cálido y profundo de mi corazón.


Felíz cumpleaños y gracias por dejarme soñar a tu lado.

5 comentarios:

  1. Fue un sueños sin duda, y lo compartiste con nosotros....

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  2. ¡¡Duffi duffi duuuuuuuuuuuuu!! eres un amor, definitivamente te quiero.

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  3. Al final me quiero hacer la loca y no mas que una simple soñadora! Gracias anónimos!

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  4. Y pensar q una noche lo viste gracias a mi mensaje de las 3 de la mañana, diciendo... Tengo a Isma adelante de mi cara, venite para tal bar...y si mal no recuerdo le invitaste un trago, jaja

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