domingo, 12 de junio de 2011

COMO DESVIRGARSE EN EL FACEBOOK

Llevo tres días encabronadísima con Facebook porque descubrí, si no me alcanzaba ya con los problemas que tengo para sumarme también éste, que existe una forma de agregar a este blog, un link para que los menos cancheros con el tema del Blogger, puedan seguirme a través de ese medio con un simple "Me gusta" de esos que todos ya bien conocemos.

Estaba yo por el tercer día consecutivo intentando, ( y me permito hacer un paréntesis acá para decir que si alguno sabe cómo mierda hago ésto que me tiene boluda, me avise), y claramente sin éxito, lograr mi cometido, cuando me puse a chatear con un chico que es periodista, sumamente interesante para entablar conversaciones y, además, un total inútil en esto de las redes sociales. En ese instante, dejé de concentrarme en mi escritura para concentrarme en la conversación dinámica y agradable que me proporcionaba esta persona a la que, afortunadamente, ni la cara le conozco.

Aclaro esto porque, si él llegara a leer este posteo y yo le conociera la cara, podría prestarse a confusión. Podría pensar que le estoy devolviendo una gentileza o, lo que es peor aún, podría creer que me le estoy insinuando. Y no quiero verme nuevamente en la obligación de tener que aclararle a alguien que el kiosco cerró sus puertas hasta nuevo aviso, que estamos de reforma, stockeando, que hay posible comprador. Y el tampoco tendría ganas aclararme: "Tranquila que no pienso nada malo".

Cuando digo "devolver la gentileza", me refiero a que inició la conversación preguntándome si yo me dedicaba a esto, a escribir, profesionalmente o si se trataba sólo de un hobby y en realidad trabajaba en otra cosa. Obviamente largué la carcajada virtual. Esa en la que pones muchas "j" y muchas "a", incluso en mayúsculas, para que el otro se dé cuenta que te parece que te está tomando el pelo. Pero no, insistió en la pregunta y me dijo que cada vez que leía algo escrito por mí, le recordaba mucho a Hernán Casciari. Hernán Casciari es el creador, ni mas ni menos, del blog a partir del cual, posterioremente, se sacó el guión para la obra de Antonio Gasalla, "Mas respeto que soy tu madre". Y ahora escribe una revista blogueada llamada "Orsai".

El punto es que dejé de sentirme mal al enterarme que este muchacho no solo no podía ayudarme en mi búqueda desesperada sino que, además, no tenía ni tronco de idea de cómo hacer para mirar las fotos de otra persona, sin sentirse como el depravado vecino pajero que espía a la vecina que está buena y anda siempre en bolas, a través de la cerrradura. Y decidí darle algunos consejos útiles sobre como manejarse dentro de estas redes sociales que, en principio, te hacen sentir como a tu mamá cada vez que intenta prender el viejo cpu, y luego te inducen, en algunos casos como la digna solterona en que me convertí, a pasar horas y horas mirando todas las pavadas actualizadas una y otra vez.

Y me pareció que el gran tema a tener en cuenta, es la exhaustiva y minuciosa tarea de seleccionar la cantidad y el tipo de fotos, que se van a incluir como parte de nuestra historia clínica feizbukera. Porque claro, tuviste esa fiesta de disfraces re copada donde todos estaban en la misma que vos, y te parece bueno revivir ese momento de locura y diversión compartiéndolo con tus amigos. Pero al cabo de un tiempo, te das cuenta que tenés demasiadas fotos y que sería tiempo de hacer una revisión, un ajuste. Y ahí, ¡zas! Sin anestesia previa, alarma o luz roja, aparece esa foto del año del pedo donde tenés, porque recién ahora tomás real consciencia de eso, una cara de puta borracha irremontable. Cómo hacés para que entiendan las cuatrocientos setenta y nueve personas agregadas, con las que como máximo tenés un trato casual y esporádico, que eso se trató sólo de un instante, un mísero y fugaz segundo donde te tomaron por sorpresa y quedó ese retrato plasmado. Que vos no sos eso, o al menos no sólo eso.

Yeso para empezar, y si no contás con la mala suerte de tener un compañerito de la primaria o peor aún, de la secundaria, al que le parece sumamente gracioso cargar todas las fotos de fin de año donde puede verse cronológica y detalladamente, la amorfa fealdad con la que decidiste atravesar tu niñez y adolescencia, porque sí, además le dieron los huevos para etiquetarte con nombre y apellido.

Le dí además otros consejos feizbukeros y le conté, no sé por qué, que una vez me habían escrito un poema. Se lo pasé para que lo leyera y le encantó. A mí también me encanta. No solo porque es hermoso sino porque en sí está bueno que alguien te escriba algo. No entendí si a él alguna vez le escribieron algo o no, pero a mí me nació escribirle unas oraciones en tiempo real; mitad por haber cometido la halagadora exageración de compararme con un escritor como Hernán Casciari y mitad porque me hizo olvidar de la luna que tenía al no poder descifrar la manera de poner el "Me gusta" del facebook en éste, mi blog. Y le escribí esto:

"Muchas veces me paso horas en el facebook y me amargo cada vez que alguien me pone en el compromiso de tener que responder a una conversación que yo no inicié. Sobre todo cuando sé que del otro lado está sentada, parada o acostada una persona de la que sé, positivamente, que no tiene nada interesante que decir. Sin embargo vuelvo a amigarme con el sistema cuando descubro que del otro lado hay alguien que tiene algo para decir, por menos interesante que pueda parecer. Asi que agradezco que existan personas como vos, inteligentes y agradables, que pueden desarrollar una conversación, sea el tema que sea, profundo o banal, saliendo de la ridiculez del monosílabo y con las cuales poder compartir historias de vida, blogs, canciones, fasitos o un cafe con leche virtual. Personas que tiene seguridad para decir lo que piensan sin creer que quedan como boludos y que buscan herramientas para el diálogo. Asique gracias por hacer que esta noche me amigue nuevamente con el sistema y recuerde por qué, haber abierto un facebook, valía la pena."

Felíz desvirgada en las redes sociales.

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