jueves, 26 de enero de 2012

SI ¿quiero?

Estoy metida en un quilombo. Me enamoré perdidamente de un tipo. Me quemó la cabeza y esa es la única forma en la que me puedo enamorar de alguien. Para bien o para mal me tiene que quemar la cabeza. Cualquiera que lea esto puede pensar "que mina afortunada" . Y de hecho me siento así. Pero hay un problema con todo esto. No se si se trata de una cuestión de género, de educación o de genética pero toda esta situación me lleva a proyectar. A querer mas. Como cuando sos chico.Y acá está el asunto.

Me enamoré de un tipo que finalmente tiene todo lo que quería encontrar en un hombre menos dos pequeños detalles: no quiere casarse y no quiere tener hijos. Y no se discute. Punto final. Y yo me quedo desorientada como quien se cae de la cama en medio de la noche. Como un perro al que dejan olvidado en el patio una noche de tormenta. Como un niño al enterarse de que Papa Noel son los padres. No es que querramos vivir eternamente en la mentira simplemente hay verdades que preferimos omitir.

En realidad una mujer nunca sabe si eso es lo que desea para su vida. Pero por lo menos tenemos claro que queremos ser nosotras quienes tomemos la decisión final. "El hombre propone y la mujer dispone" oí decir en mas de una oportunidad. Y a mí se me dió vuelta la tortilla. No es que quiera casarme y tener hijos, siquiera lo veo como un proyecto cercano y tangible. Pero entonces, sino es así,¿ porque me preocupa tanto que él no quiera hacerlo? ¿Por qué tenemos que querer siempre un poco mas?

Porque queremos distinguirnos del resto. Somos competitivas. Y porque siempre pero SIEMPRE queremos ser mas importante que la anterior. Así como los hombres tienen el temor de que un novio anterior la pudiera haber tenido mas grande o hubiese durado mas echándose un polvo, nosotras necesitamos saber positivamente que conseguimos, al menos en un punto, trascender de forma diferente.
Por ejemplo: si tenemos un novio que ya estuvo con alguien queremos al menos durar mas tiempo en esta relación o convivir. Si nuestro novio ya convivió queremos casarnos. Si nuestro novio ya estuvo casado queremos tener hijos. Y si no vivió nada de eso queremos que todo lo experimente en nuestra compañía.
Pero que pasa cuando alguien te avisa de antemano que no quiere nada de eso. Que gracias pero que así está bien. El que avisa no traiciona y sin embargo una no puede reprimir ese amor que le nace desde el corazón y se le sale por los poros. Y tampoco puede evitar el hecho de pensar que si las cosas marchan bien, si el amor crece, si la relación prospera es bastante difícil no proyectar.

Habrá que elegir entonces entre la realidad y lo ilusorio. En cualquier caso es una cagada porque es tan difícil focalizarse en disfrutar del presente como vivir de ilusiones. Porque en última instancia me hubiese gustado tener a mí la última palabra. Y por primera vez hubiese sido: "Sí, quiero". Lástima, justo con el único que se que jamás va a preguntármelo.

1 comentario: