domingo, 22 de mayo de 2011

EL HOMBRE DE LA BELUGA BLANCA

Y un día, como no tenía nada que hacer y vivía creyendo en el amor tal y como lo mostraban las películas, me enamoré del entrenador de la beluga blanca del Aquarium. Kairo, se llamaba. El entrenador, no, la beluga blanca. El entrenador se llamaba Amilcar Iaschuk. Y era perfecto. Rubio, alto, ojos celestes, descendiente de polacos o por ahí, con ese traje de neoprene ajustado que le marcaba todo, con esa sonrisa blanca y brillante en exceso por el reflejo de la pileta, con esa beluga que lo seguía para todos lados y obedecía a sus órdenes.


¿Vos te estarás preguntando por qué hablo de él con nombre y apellido cuando siempre me limito a contar historias manteniendo a los protagonistas en el anonimato absoluto? Todos merecen ser llamados con mayúsculas, los buenos por hacerme tan felíz y los malos, para que si te los cruzás por la calle, los identifiques y salgas corriendo. Lo hago porque fue uno de mis primeros amores platónicos. No el primero. El primero fue Alexander James "AJ" Mc Lean, uno de los cinco integrantes de los BackStreet Boys. Pero posiblemente haya sido el segundo. He llegado a amar solo a dos personas de manera tangible y real pero me enamoré muchas veces. Antes lo hacía con menos frecuencia y sufría tanto como para ser digna protagonista de una obra de Shakespeare. Con los años conseguí la habilidad de enamorarme y desenamorarme de las personas en cuestión de horas. Pero me sigo enamorando, soy una enamorada de la vida.
Volvamos al tema. Iba todos los días al Aquarium porque un carnet de socia me permitía la entrada diaria gratuita. Ese beneficio me llevaba, indefectiblemente, a otros como conocer a todo el personal del lugar. Y Amilcar no pasaba desapercibido.
Un día estaba viendo por vigésimocuarta vez en la temporada el show de delfines cuando, finalizando el espectáculo, Amilcar me saludó al pasar arrodillado por el frente la pileta arriba de su beluga Kairo. No supe que se trataba de mí sino hasta algunas horas mas tarde que me lo crucé por los pasillos del oceanario y me invitó a charlar en el estadio.
Caía la tarde de verano sobre sus dorados pelos rubios, se había bajado el traje de neoprene hasta la cintura dejando al descubrierto el torso y tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no besarlo violentamente de prepo. Hablabamos mientras dos delfines nos observaban curiosos y hacían piruetas para mí a la orden del movimientos de sus manos.


-Mañana es mi cumpleaños.

- En serio? Cuántos cumplís, diceciocho?
Eso, entendí mas tarde, debería haberle contestado. Pero aún no sabía mentir.

-No, cumplo quince.

-¿Verdad? Pareces mas grande. Vení mañana a verme después del último show que me vas a ayudar a almentar a los delfines, por tu cumpleaños.

Ese fue mi mejor regalo de quince. Ésa, la tarde donde me cavé mi propia fosa. ¿Por qué?¿Por qué no le dije: "Sí. Tengo dieciocho"? Intenté demostrarle que diez años no eran nada cuando la gente se ama, eso me habían metido en el chip al menos. No logré persuadirlo. Por supuesto que yo le gustaba pero él entendía que si me daba bola, si nos acostábamos, si yo me enamoraba de verdad ( porque platónicamente ya lo había hecho ), iba a sufrir. Y él me quería pero no lo suficiente como para hacerse cargo de eso. Asique me citó en Dickens para dejármelo mas claro.

Salí de ese café triste de no haber podido efectivizar mi conquista pero felíz porque con los años entendí a qué se refería esa tarde. Y decidí escribirle un libro. Así como te lo cuento, con tan solo quince inocentes años escribí un libro, el único en mi vida ( estoy convencida que desastroso pero sincero ), desesperado, un libro de amor no correspondido. O de desamor.
Diez años pasaron desde esa tarde en el café. Amilcar Iaschuk tiene un libro escrito en su honor y no lo sabe. Lo encontré en el facebook. Decidí agregarlo. Ya no estoy enamorada de él. Incluso, no es tan lindo como lo recuerdo. Pero quiero que lo sepa, después de todo, si alguien decidiera escribirme algo, exigo ser la primera en enterarme.

Amilcar Iaschuk, agregame. Daaaaale, en el fondo creo que recordás quien soy. Amiguitos, si lo hace, serán informados. Y si alguno lo conoce, que intervenga.

10 comentarios:

  1. No.. no se publica pero un día si querés te presto mi diskette

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  2. Bueno!!! A vos también te lo presto

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  3. Hola !!!!! Soy Amilcar el chico de la Beluga.....
    quiero ver ese libro y me gusría.....
    bueno no se.... si.... me escribis para seber si estas....

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  4. Ok, anónimo que parece ser Amilcar, a vos también te lo presto para que lo leas... sabrás como dar conmigo para obtener el ya cotizado diskette

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  5. Como hago para dar con vos......decime algo o dame algo para poder verte.....eso si queres???? y si el anonimo soy yo Amilcar.
    espero tu respuesta con algun dato para contactarte.

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    1. Deja de hacerte pasar por alguien q no sos Amilcar es mi papá tiene una hermosa familia y no va a escribir eso

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  6. Me encantaría leer el libro y mostrárselo a mi papá

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  7. Hola soy la hija de Amilcar y quiero contar de que todo esto es mentira, mi papá si trabajaba en el acuarium pero es mentira q salió con esta chica, por a en ese momento mi papá salía con mi mamá así q pido de que dejen de hacer farsas y hagan algo mejor q hablar de otro….

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