viernes, 23 de mayo de 2025

PAREN EL MUNDO QUE ME QUIERO BAJAR

Despertate.

Dale despertate. No vas a llegar.

Tengo que poner la ropa en el lavarropas. 

Revisé el uniforme? El lunes hay acto, voy a poner una alarma.

No te olvides de poner una fruta en la vianda, aunque nadie se la coma.


Cuando era el turno con el pediatra? No me tengo que olvidar de sacar turno para la VTV que venció en marzo. Tampoco de sonreír. Que Leoni me está mirando.

Voy a preparar el desayuno. Necesito que empiece a comer más variado! Le tengo que recordar que se cepille los dientes. Otra vez.

No me tengo que olvidar de firmar el cuaderno, preparar la mochila, revisar si hay que mandar algo para el proyecto de PDL.

Ya se despertó? Ni cinco minutos de silencio. No le grites. Tené paciencia. Estás criando un adulto sano, no generando traumas.

Tengo que ser más firme, pero amorosa. Tengo que ser todo. Todo el tiempo. Por qué tengo que ser todo, todo el tiempo? Harta estoy. 


Llego al trabajo. No me maquillé. Se me va a notar el cansancio. Hoy es miércoles? Tiene terapia. Mañana es lo del curso. Menos mal que el viernes no trabajo en la escuela. Uy pero tengo que hacer las galletitas del cumple y el contenido para todas las redes.


Qué me falta para el cumple? Confirmé el inflable? No le compré nada. No puedo no comprarle nada… Cuánto falta para el aguinaldo? 


Respondé los mensajes, las preguntas, las llamadas, los mails. No te olvides de comprar papel higiénico, pan y el regalo para el cumpleaños del fin de semana.


Tengo que tomar más agua y empezar a hacer ejercicio. Tambien ddebería empezar a meditar y estar más presente.


No te olvides de ser buena madre, soy buena madre? Buena profesional soy. Eso sí. O eso creo. Pero, buena madre? Como sé si soy buena madre si siento que lo hago todo como el culo?


No te olvides de vos, Dafne.

(No te olvides de vos. No te olvides de vos.) Quiero un novio. O una novia. Quiero amor. Necesito querer y que me quieran.

Más necesito un terreno. Estoy harta de alquilar. Estoy harta de criar sola. Estoy harta de sostener todo. Estoy harta. A qué gimnasio puedo ir? 


No me tengo que olvidar de hacer la lista del súper, que el papel higiénico no aparece mágicamente en el baño.

Mirá el grupo de WhatsApp del colegio, que mandaron un recordatorio con veinte signos de exclamación.

¡¡Me olvidé otra vez del día del juguete!!


Que lindo llegar a casa.

Qué comemos? Lo voy a mandar a bañar. El uniforme está limpio para mañana? tiempo de juego… no tengo ganas. No quiero jugar, quiero dormir. Tambien quiero culear. ¿Cuándo voy a culear? eh? ¿Cuándo? O que me culeen, mejor. Yo no quiero ni moverme, no tengo energía.  


Arreglá lo que se rompió. Consolá lo que se quebró.

Guardá los miedos. Los tuyos, para después.

Tengo que ser más agradecida.

Hay gente que daría todo por estar en mi lugar. Buó… PONELE.



Dormite, dale que es tarde. Mañana vas a estar cansada otra vez. Tenes el cuerpo rendido y la cabeza todavía andando. Cómo se apaga esta radio? Necesito dejar de pensar.


Hice todo? que me faltó? Qué podría haber dicho o hecho mejor? Me querrá cuando sea grande? Porque siento que no me soporta. Ni yo me soporto.


La carga mental no se ve.

No aparece en radiografías.

No la cubre la prepaga.

Pero pesa como una mochila llena de piedras. Y te obliga a sonreír con los hombros rotos.


Tu hijo llora.

Tu pareja te dice que te tomes todo con más calma.

Tu jefa dice que estás distraída.

Tu mamá te sugiere que descanses un poco, pero no te ofrece ayuda.

El kiosquero te pregunta por qué estás tan seria.

Vos apretás los dientes.


Estás cansada.

Y lo sabés.

Pero afuera esperan que sigas girando como si nada.

Que seas madre sin errores.

Mujer sin descuidos.

Profesional sin fisuras.

Hija sin reproches.

Amiga disponible.

Cuerpo impecable.


Pero hoy no.

Hoy se te cayó todo.

La sonrisa, el control, la memoria, el alma.


Y explotás.

Y entonces el entorno se disgusta.

Porque cuando la mujer explota, siempre hay alguien que dice:

“¿Y esta qué le pasa?”

Como si todo lo que cargás no fuera suficiente justificación.


Y vos ahí.

Con la olla rota en las manos.

Pensando si mañana vas a poder volver a juntar los pedazos… o si alguien —por una vez— te va a ayudar a sostenerla.



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