Ahhhh…. Te quedaste con ganas de mas, ¿no?
Cuando abrió el botinero comenzó a sacar, de a una, ¡¡¡¡una selección de cremas y emulsiones para el cuerpo!!!! Sisi, como te lo cuento. ¿A qué infradotado mental se le ocurre meter en un botinero productos de belleza femenino y peor aún aniquilar su masculinidad llevándolas consigo donde quiera que vaya? A éste.
La verdad que estoy demasiado a favor de la diversidad pero honestamente al único que le permitiría la metrosexualidad in my face es a David Beckham, por razones obvias. Al resto, no. Infumable el hombre que tarda en prepararse mas tiempo que yo.
El tipo se convirtió en Lita de Lázzari, me empezó a explicar (al tiempo que se las iba colocando de a una según donde correspondiera) y al mejor estilo Bubba de Forrest Gump, la forma y aplicación de cada una de ellas: crema para la cara, crema para las manos, crema para el ablandamiento de las durezas plantales, emulsión en crema para parpados inflamados, crema emulsionada para tratamiento de las cutículas… desodorante, gel para el pelo, perfume y la lista sigue.
Yo, que no me maquillo para no tener que estar recayendo luego en el algodoncito embebido en loción dual, lo escuchaba atónita. Yo, que la única crema que reconozco es la que mi vieja le mete a las tortas de frutilla, lo miraba con una expresión en la cara parecida a ésta.
¡No lo podía creer! Empecé a buscar las cámaras ocultas por toda la habitación. A mí no me cagan, esto es una broma, pensé.
Si venía tomando champagne como para desnucarme entonces era momento de pasar a inyectármelo a través de la lapicera Bic que tenía en la cartera.
Sin dudas quería terminar de cagarme la noche y lo logró cuando empezó a piropearme a lo venezolano de novela de las tres de la tarde.
-Oh! Mujer, que bella eres, ese rostro de angel. No puedo dejar de observar ese pelo, tienes dulzura, eres preciosa.
El champagne es muy ambiguo en mi vida: me hace demasiado bien o demasiado mal. O ambas cosas al mismo tiempo. El resultado lo determinan los agentes externos.
ME HIZO COMO EL OJETE, claramente. Asique me desmaye para pasar a una vida mejor.
Soñaba que David Beckham me hacía masajes en los pies con una crema emulsionante divina mientras estábamos inmersos en una bañera llena de champagne y tomábamos Coca Cola en botella de vidrio, cuando un terremoto empieza a desmoronar las paredes del hermoso sueño que tenía construido en mi inconciente. El muy hijo de puta éste, parado al borde de la cama y gracias a Dios totalmente vestido, me estaba sacudiendo del hombro para adelante y para atrás. Era hora de irnos.
Nunca le deseo el mal a nadie, jamás. Pero no pude evitarlo, ¡perdón! Se lo merecía…