Estoy hecha una PELOTUDA. Sí, así como te lo cuento, con mayúsculas y mal que me pese. ¿Qué querés que te diga? Me pasó. Me enamoré. Viste como es esto. Y tengo una regresión adolescente severa. Tarareo canciones, me brillan los ojos y sonrío tanto como me resisten los músculos de la cara. No puedo evitarlo. Ojalá pudiera, me ahorraría las gastadas que me hacen en el laburo, en la radio, en los ensayos de salsa o mi familia. Me hice amiga de algunos perros y todo. Increíble. No, si cuando te llega, te llega. No hay con qué darle.
Por supuesto que él ya lo sabe. No pude con mi genio y se lo vomité de buenas a primeras. No, no lo vomité. Se lo vomité. Se reía. Siempre se ríe. Y solo atinó a decirme: "Ya lo sabía". ¡YA LO SABÍA!. Ok, entonces no solo soy honesta en exceso sino que además sería obvia. Bueno, es evidente que se me nota tanto que hasta él se dió cuenta antes. Por supuesto que no cenábamos bajo la luz de ninguna vela, ni estábamos mirando el mar en un atardecer romántico cuando se lo dije. No, claro que no. Yo estaba básicamente borracha, en la puerta de un bar, intentando huir de mí misma, de mi tentación de amarlo sin tapujos ni temores de ser rechazada. Él salía detrás mío ofreciendo llevarme hasta mi casa. Me frené, me mantuve estoica tanto como pude, lo agarré de la ropa tipo patotera del Bronx y zas! Se la tiré. Sí, la verdad, no otra cosa. Mi verdad. "Te voy a decir algo solo porque estoy muy borracha. Te suplicaría que mañana intentes olvidarte de esto que te estoy diciendo y ojalá me pueda olvidar también yo porque sé que, apenas llegue a mi casa, me voy a estar arrepintiendo de lo que voy a hacer: ESTOY ENAMORADA DE VOS. Perdoname!". El "perdoname" final es sublime. Pedirle perdón a alguien por haberse enamorado es mundial. Dafnístico. Lo que le pase a él que te lo diga él. Yo hablo solo por mí.
Ni se te ocurra pensar que vaya a darte demasiado detalle. Como mucho unas pistas. Y nada más. Lo asumo, me puse virga de golpe. Me pongo colorada y todo. Te puedo decir nada más que es mi versión argentina del transportador, que le doy hasta que dejen de repetir el Chavo, que encima es buen tipo. Se ríe con toda la cara, le patina bastante el embrague y saca lo mejor de mi persona. Bueno, eso. Listo.
Supongo que me entenderás. No, no te voy a mandar al cajón pero tampoco seguís vigente. Te llamo de vez en cuando y te lo presto un rato. No me hagas puchero, cortala. Ya tuve bastante de vos. Ya hiciste de las tuyas. Dejame un poco a mí ahora. Yo te conozco, me lo vas a espantar. Te banco, tontolona. Andá, tomate unas suculentas vacaciones. Tomatelas. Es mi turno. Ahora, finalmente, me toca a mí.
aca tb!!!! gila jajajajajjaja
ResponderEliminarShhhh ... que vamos a pensar que sos romantica .... Kaloa
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