Hay personas raras.
Y después está el Team Invierno.
Gente que se levanta con 3 grados bajo cero, ve cómo se le escarcha la nariz, se le parte el alma al pisar el piso helado del baño, y aún así te dice con una sonrisa congelada:
“¡Ay, me encanta el invierno! ¡Es tan acogedor!”
¿Acogedor, Marta?
¿Vos viste el viento que hace en Mar del Plata en julio?
Ese viento que te empuja media cuadra, te arranca el paraguas y te mete un bofetón de arena en la cara.
En Mar del Plata no hay brisa fresca. Hay microagresiones climáticas.
Te dicen que el frío “te permite vestirte mejor”. Claro, si por "mejor" entendés parecer un oso polar con capas de ropa térmica, bufanda XXL, dos pares de medias y la dignidad olvidada en el cajón.
¿La moda invernal? Esconde más cuerpos que una serie policial sueca.
Después vienen con la otra mentira favorita del team:
“En invierno dormís mejor.”
Claro, porque primero tenés que pasar 40 minutos templando las sábanas como si estuvieras preparando un asado.
Metés una pierna, se te duerme del frío. Metés la otra, y te acordás que te olvidaste la bolsa de agua caliente. Dormís tan bien que soñás que estás en el Ártico abrazando un radiador.
Y si vivís en Mar del Plata, sabés que el invierno no es una estación.
Es una amenaza.
Un “veranito” en pleno julio es simplemente una trampa. Salís con camperita, confiada, y el clima te castiga con una sudestada que parece sacada de una película Apocalíptica.
Ah, pero el team invierno sigue firme, tomando café con cara de postal nórdica, publicando fotos de hojas secas en stories como si vivieran en Copenhague y no al lado del puerto, donde el viento tiene cuchillos.
Decir que te gusta el invierno marplatense es como decir que te gusta que te rompan el corazón “porque te hace sentir vivo”.
Está bien si lo sentís...
Pero hacételo ver.